lunes, 17 de abril de 2017

Las ocho horas y el minuto 61


Es una verdad absoluta es que una hora tiene sesenta minutos o tres mil seiscientos segundos, estas líneas no tienen una hipótesis diferente, en este artículo hablamos sobre ese “minuto” extra que le podemos aprovechar a una hora o visto de otra forma, al esfuerzo extra que ponemos en nuestras labores diarias.

Desde el punto de vista de un emprendedor, nuestras ocho horas diarias o cuarenta y ocho horas semanales de trabajo son solo una referencia,  las “famosas” ocho horas son un resultado del extremismo de la explotación a la clase obrera surgida en la revolución industrial; donde después de varios movimientos y huelgas por decenas de miles de trabajadores en los países más desarrollados del mundo y  progresivamente llegaron “establecer” las ocho horas como referente laboral  y las grandes industrias de los países empezaron a aplicar esta “carga horaria laboral o jornada laboral” paulatinamente.



Las “ocho horas” de trabajo o de asistencia al trabajo.
Con el amparo de estas ocho horas la mayor parte de los de los trabajadores activos escudan su rendimiento y ahí empiezan a nacer la conocida frase “no hay tiempo”; “no me alcanzó el tiempo”. Y como puede alcanzar el tiempo si cada reunión que vamos se extiende por que los participantes no se prepararon?, cada ida a servirnos café conversamos quince a veinte minutos?  Cada ida al baño revisamos y respondemos todas nuestras redes sociales? y/o si nos tomamos otros veinte minutos para redactar un correo electrónico? …. y sin embargo a mitad de la segunda jornada ya estamos a media máquina y esperando que sea “hora de salida” para ir a marcar nuestra asistencia del día y también está el lado opuesto, los que se quedan más tiempo del necesario sin avanzar lo que debían avanzar en la jornada establecida; argumentando que están trabajando mas.  Es difícil controlar todas estas variables, cada uno debe ser auto-critico y auto-analizarse; se imaginan todo lo que podríamos avanzar en todo nuestro equipo trabajara a conciencia?  . Incluso con un ambiente cordial de trabajo, podríamos marcar diferencias grandes; La diferencia es grande entre “trabajar” y “asistir al trabajo”.

Aceptemos transitoriamente que estas  “ocho horas” son las que se necesitan para cumplir lo indispensable para la compañía… es decir, las tienes que cumplir para hacer lo indispensable porque es tu compromiso.

Qué pasa cuando sientes que lo indispensable no es suficiente?
Estas empezando a sentir que puedes aportar más de lo que hacías, estas empezando a darte cuenta la cantidad de oportunidades que tienes en frente y/o que puedes optimizar procesos o tiempos.  Igual que el motor que necesitas calentar para que funcione bien o igual que el deportista que hace su esfuerzo extra, necesitas exprimir un poco más de ese tiempo o generarte un tiempo adicional para poder trabajar en eso.



Y en qué momento puedo desarrollar ese aporte?
Imagina trabajar sin “ruido” en el ambiente, sin llamadas o reuniones que te corten la inspiración o te frenen el impulso…   Una hora de trabajo sin ruidos externos equivale a dos horas o más de trabajo en condiciones normales.
Trabajar temprano en la mañana, realmente es increíble, la mente despejada, más energía y una  taza de un buen café, no tiene precio.    El día empieza  mucho más temprano de lo que piensa el 80% de las personas, intenta  alistarte por un día salir de tu casa a las 6am o antes, y ya verás que hay luces encendidas en  los edificios empresariales;   verás que hay empresas industriales cambiando de turno,  incluso gente retornando a sus domicilios después de hacer ejercicio; te aseguro que estas personas están marcando diferencias.

El tiempo es muy importante, muchas veces lo que marca la diferencia;  a veces es mejor trabajar en horas no convencionales para poder avanzar con propuestas o proyectos no convencionales.

Cuando uno ama lo que hace, el tiempo es relativo, la pasión a tu emprendimiento o a tu trabajo es mayor a tu fatiga por mirar el reloj, cuando el trabajo apasiona, el cansancio es débil; personalmente me cuesta encontrar el equilibrio entre el tiempo de trabajo y las otras actividades; muchas veces opto por cortar otros compromisos  en pos de poder avanzar sin restar mucho tiempo para mi familia, así como también incluir a mi familia en las actividades que puedo.

El momento en el que realmente obtienes el “filete” o consigues lo que buscabas,  ese es el minuto sesenta y uno;  cuando sientes que cumpliste más allá del deber y que lo que haces es importante; cuando te das cuenta que ese esfuerzo extra rindió su fruto.



Algunas formas de ahorrar tiempo?   Sugerencias obvias pero practicas.

Evitar o delega  todas las actividades operativas que pueden consumirte el tiempo, esta puede ser la tarea más complicada de todas, ya que tienes que encontrar el equilibrio entre confiar y supervisar.

Acostúmbrate a utilizar la banca por internet,  aunque parezca increíble, aun en estas épocas hay mucha gente joven que se resiste a utilizar la banca por internet,  esto te ahorra muchísimo tiempo; adicionalmente ubica los bancos con atención extendida y empieza a trabajar con ellos.

Menos televisión,  ya sea que te guste leer o no…. Deberías reducir lo más posible el tiempo que utilizas en ver televisión; si puedes leer artículos o libros de tu interés, mucho mejor; indistintamente recórtale al tiempo de ver televisión de cualquier cosa que hagas con este tiempo, será más productiva.

Busca evitar el tráfico, encuentra  la ruta óptima para tus trayectos más frecuentes, que por lo general son Oficina/Casa/Colegio; cada ruta también depende del horario en el que transites.

Hay varias actividades que puedes hacer fuera de horarios de oficina, como cargar combustible,  hacer lavar el vehículo,  ir al supermercado y mientras menos frecuente mejor; una sola compra semanal en lugar de dos por semana; o una sola compra quincenal en lugar de dos semanales.


No olvides que trabajar por horas es limitarte, genera tus propios “minutos 61” y realmente descubrirás lo que tienes para aportar y lo más importante, podrás materializarlo. 

Éxito en tu emprendimiento!


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