Es una verdad absoluta es que una hora tiene sesenta minutos o tres
mil seiscientos segundos, estas líneas no tienen una hipótesis diferente, en
este artículo hablamos sobre ese “minuto” extra que le podemos aprovechar a una
hora o visto de otra forma, al esfuerzo extra que ponemos en nuestras labores
diarias.
Desde el punto de vista de un emprendedor, nuestras ocho
horas diarias o cuarenta y ocho horas semanales de trabajo son solo una
referencia, las “famosas” ocho horas son
un resultado del extremismo de la explotación a la clase obrera surgida en la revolución
industrial; donde después de varios movimientos y huelgas por decenas de miles
de trabajadores en los países más desarrollados del mundo y progresivamente llegaron “establecer” las ocho
horas como referente laboral y las
grandes industrias de los países empezaron a aplicar esta “carga horaria
laboral o jornada laboral” paulatinamente.
Las “ocho horas” de
trabajo o de asistencia al trabajo.
Con el amparo de estas ocho horas la mayor parte de los de
los trabajadores activos escudan su rendimiento y ahí empiezan a nacer la conocida
frase “no hay tiempo”; “no me alcanzó el tiempo”. Y como puede alcanzar el
tiempo si cada reunión que vamos se extiende por que los participantes no se
prepararon?, cada ida a servirnos café conversamos quince a veinte minutos? Cada ida al baño revisamos y respondemos
todas nuestras redes sociales? y/o si nos tomamos otros veinte minutos para redactar
un correo electrónico? …. y sin embargo a mitad de la segunda jornada ya
estamos a media máquina y esperando que sea “hora de salida” para ir a marcar
nuestra asistencia del día y también está el lado opuesto, los que se quedan más
tiempo del necesario sin avanzar lo que debían avanzar en la jornada
establecida; argumentando que están trabajando mas. Es difícil controlar todas estas variables,
cada uno debe ser auto-critico y auto-analizarse; se imaginan todo lo que podríamos
avanzar en todo nuestro equipo trabajara a conciencia? . Incluso con un ambiente cordial de trabajo, podríamos
marcar diferencias grandes; La diferencia es grande entre “trabajar”
y “asistir al trabajo”.
Aceptemos transitoriamente que estas “ocho horas” son las que se necesitan para
cumplir lo indispensable para la compañía… es decir, las tienes que cumplir para
hacer lo indispensable porque es tu compromiso.
Qué pasa cuando
sientes que lo indispensable no es suficiente?
Estas empezando a sentir que puedes aportar más de lo que hacías,
estas empezando a darte cuenta la cantidad de oportunidades que tienes en
frente y/o que puedes optimizar procesos o tiempos. Igual que el motor que necesitas calentar
para que funcione bien o igual que el deportista que hace su esfuerzo extra,
necesitas exprimir un poco más de ese tiempo o generarte un tiempo adicional
para poder trabajar en eso.
Y en qué momento
puedo desarrollar ese aporte?
Imagina trabajar sin “ruido” en el ambiente, sin llamadas o
reuniones que te corten la inspiración o te frenen el impulso… Una hora
de trabajo sin ruidos externos equivale a dos horas o más de trabajo en
condiciones normales.
Trabajar temprano en la mañana, realmente es increíble, la mente
despejada, más energía y una taza de un
buen café, no tiene precio. El día
empieza mucho más temprano de lo que
piensa el 80% de las personas, intenta alistarte
por un día salir de tu casa a las 6am o antes, y ya verás que hay luces
encendidas en los edificios
empresariales; verás que hay empresas industriales cambiando
de turno, incluso gente retornando a sus
domicilios después de hacer ejercicio; te aseguro que estas personas están
marcando diferencias.
El tiempo es muy importante, muchas veces lo que marca la diferencia; a veces es mejor trabajar en horas no
convencionales para poder avanzar con propuestas o proyectos no convencionales.
Cuando uno ama lo que hace, el tiempo es relativo, la pasión
a tu emprendimiento o a tu trabajo es mayor a tu fatiga por mirar el reloj,
cuando el trabajo apasiona, el cansancio es débil; personalmente me cuesta
encontrar el equilibrio entre el tiempo de trabajo y las otras actividades; muchas
veces opto por cortar otros compromisos en pos de poder avanzar sin restar mucho tiempo
para mi familia, así como también incluir a mi familia en las actividades que
puedo.
El momento en el que realmente obtienes el “filete” o
consigues lo que buscabas, ese es el
minuto sesenta y uno; cuando sientes que
cumpliste más allá del deber y que lo que haces es importante; cuando te das
cuenta que ese esfuerzo extra rindió su fruto.
Algunas formas de
ahorrar tiempo? Sugerencias obvias pero practicas.
Evitar o delega todas
las actividades operativas que pueden consumirte el tiempo, esta puede ser la
tarea más complicada de todas, ya que tienes que encontrar el equilibrio entre
confiar y supervisar.
Acostúmbrate a utilizar la banca por internet, aunque parezca increíble, aun en estas épocas
hay mucha gente joven que se resiste a utilizar la banca por internet, esto te ahorra muchísimo tiempo;
adicionalmente ubica los bancos con atención extendida y empieza a trabajar con
ellos.
Menos televisión, ya
sea que te guste leer o no…. Deberías reducir lo más posible el tiempo que
utilizas en ver televisión; si puedes leer artículos o libros de tu interés,
mucho mejor; indistintamente recórtale al tiempo de ver televisión de cualquier
cosa que hagas con este tiempo, será más productiva.
Busca evitar el tráfico, encuentra la ruta óptima para tus trayectos más
frecuentes, que por lo general son Oficina/Casa/Colegio; cada ruta también
depende del horario en el que transites.
Hay varias actividades que puedes hacer fuera de horarios de
oficina, como cargar combustible, hacer
lavar el vehículo, ir al supermercado y
mientras menos frecuente mejor; una sola compra semanal en lugar de dos por
semana; o una sola compra quincenal en lugar de dos semanales.
No olvides que trabajar por horas es limitarte, genera tus propios
“minutos 61” y realmente descubrirás lo que tienes para aportar y lo más
importante, podrás materializarlo.
Éxito en tu emprendimiento!
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